viernes, 6 de enero de 2012

El Córdoba de Carlos Arias (Bolivia) deja helado al Espanyol

Euforia en el ambiente, vista panorámica, mazazo cercano. Le pasó ayer al Espanyol ante el Cordoba en medio de una semana peligrosa, con el Barcelona a la vuelta de la esquina y poco tiempo para recuperarse. Cayó a manos de un equipo, el que dirige Paco Jémez, que remontó a fuerza de creer en sí mismo a pesar de que la corriente parecía arrastrarlo lejos de la orilla. Fue un partido ventoso, de los que lo mismo te empujan en una dirección para después detenerte de repente sin remedio. Con una expulsión, la de Casilla, que condicionaría el planteamiento y serviría para dar alas a un rival que supo sacarle provecho. No importó la diferencia de categoría, ni que el Espanyol, como ya adelantaría el miércoles el técnico Mauricio Pochettino, se plantase con un equipo habitual en Liga. Al Córdoba le aupó la ilusión y le llegó a tiempo para dar la vuelta a un partido que le deja entreabierta la puerta de los cuartos de final de Copa. Trató de combatir el agobio el cuadro de Pochettino con alguna galopada de Sergio García y la clarividencia de Verdú para encontrar el mejor momento para lanzar el pase. Sin embargo, un centro pasado de Dídac terminaría con un remate forzado de Álvaro que desvió un defensor cordobés al fondo de la portería. Aun así, hizo falta que Sergio García lo empujase hasta la red para que subiera al marcador. Parecía que la dulzura volvía a la partitura blanquiazul a pesar de que el Córdoba guardaba los timbales para la segunda parte. A pesar de fallar un penalti, que provocaría la expulsión de Casilla, los locales dieron la vuelta al resultado en los últimos minutos del partido con un gol de Borja García desde fuera del área en el 80 y un remate medido de Caballero en el 84. El Espanyol trató de resguardarse pensando en hacer bueno el resultado para el partido de vuelta. Le tocará arremangarse si quiere pasar de ronda.

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